Heráldica en la fiesta medieval ibicenca
Maite Alvite. Diario de Ibiza
Exposición. Tras las críticas recibidas por parte de historiadores e investigadores y con motivo del vigésimo aniversario de la declaración de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad, el Ayuntamiento de Vila ha decidido cambiar la decoración heráldica de pega de la feria en la calle Mayor y la plaza de la Catedral por pendones y banderolas que reproducen fielmente blasones ibicencos del Medievo. Juan Antonio Torres es el promotor de la iniciativa.
Entre los más de 4.000 elementos decorativos que engalanan estos días
las calles de Dalt Vila lucen, por fin, blasones ibicencos del Medievo.
Aprovechando que se cumplen veinte años del aniversario de la
declaración de Ibiza como Patrimonio Mundial, el alma máter de la feria Eivissa Medieval, Juan Antonio Torres,
propuso al Ayuntamiento de Vila hacer una exposición de heráldica local
de la época, que se puede contemplar desde el pasado viernes hasta hoy
en el recorrido que va desde la calle Mayor hasta la plaza de la
Catedral.
Las críticas de investigadores e historiadores a la decoración heráldica «de baratillo» que decoraba hasta la pasada edición la feria (que recogió el periodista José Miguel L. Romero en un reportaje de Diario de Ibiza del año pasado) motivaron a Torres a llevar adelante este proyecto.
El gestor cultural buceó durante semanas en internet y consultó diferentes fuentes escritas como el opúsculo 'Heráldica Ibicenca', publicado por Isidoro Vázquez de Acuña en 1964, o un artículo de Diario de Ibiza de 1978 titulado 'Turismo heráldico por D'Alt Vila', escrito por un experto en la materia, Fernando del Arco. Estos y otros textos le permitieron documentarse para esta muestra que, por cierto, traspasa el Medievo e incluso va un poco más allá del Renacimiento. Los veinte blasones que la exposición reproduce abarcan desde el siglo XIII hasta el XVII. Tras esta primera fase, se dedicó a recorrer Dalt Vila para localizar en templos, casas y edificios institucionales todos los escudos, fotografiarlos y reproducirlos los más fielmente posible para la exposición.
Torres, que visitó ayer Dalt Vila, pudo comprobar in situ el resultado de este trabajo y ver cómo ondeaban al viento pendones y banderolas. La excursión fue fructífera, porque también tuvo la oportunidad de entablar conversación con el director del grupo Schola Antiqua, Juan Carlos Asensio, que justo en ese momento estaba comprobando la acústica de la catedral para el concierto de canto gregoriano programado por la tarde.
Tres pendones con blasones institucionales presiden la muestra en la plaza de la Catedral, rodeados de paneles explicativos. Están el escudo de la Universitat d'Eivissa, que se encuentra en el edificio de lo que actualmente es el Museu Arqueològic, el de la Corona de Aragón, que recoge el Llibre de Juraria de 1571 del Arxiu Històric Municipal de Vila, y la marca medieval de Santa Tecla, registrada en documentos del archivo de la Pabordia de Eivissa.
En frente del palacio episcopal están instalados los pendones con los escudos de los gremios de carpinteros, hortelanos y sastres, que se pueden ver en los retablos de las capillas de Sant Josep, Sant Antoni y Sant Ciriac de la catedral.
Catorce apellidos ibicencos
La parte de la exposición que más interés parece despertar entre los visitantes es la que se refiere a los escudos heráldicos de apellidos ibicencos, catorce en total, que lucen en decenas de banderolas, que engalanan la calle Mayor.
El de Llobet, en el que aparece la imagen de un lobo, fue el que despertó la curiosidad ayer de Antonio Aguirre, que trabaja precisamente en un negocio bautizado con este apellido. «Siempre me ha llamado la atención la heráldica», explicó este sevillano afincado en Ibiza desde hace veinte años, tras leer detenidamente la información referente a Llobet , un apellido existente en Eivissa desde los primeros tiempos de la repoblación catalana y cuyo escudo Torres localizó en una lápida de la catedral. Aguirre aprovechó la ocasión para aplaudir iniciativas como esta muestra, que suponen «una novedad y un aliciente en una feria que se hace repetitiva para aquellos que viven desde hace años en la isla».
Los mallorquines Francisca Vich y Francesc Gibert, que viajaron expresamente a la isla para visitar Ibiza Medieval, también se entretuvieron un rato buscando los blasones de los apellidos de sus amigos ibicencos. Encontraron el de los Orvai, que luce tres amapolas, y el de los Tur, que se remonta, como el anterior, al siglo XIII.
La ibicenca Maria Nieves Calbet no dejó de mirar al cielo hasta localizar el blasón de su apellido, dos perros con el lema 'Semper fidelis'. «No sabía que tuviéramos escudo», comentó, después de inmortalizarlo con la cámara.
https://www.diariodeibiza.es/cultura/2019/05/12/blasones-ibicencos-viento/1066131.html
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